LOS PROBLEMAS DE SALUD Y LAS MUERTES PREMATURAS REDUCEN EN 30 AÑOS LA ESPERANZA DE VIDA DE LAS PERSONAS SIN HOGAR
Las condiciones socioeconómicas más desfavorables se ceban con toda su crudeza sobre la salud de alguien que ni siquiera cuenta con un código postal porque no tiene un hogar que habitar. En España, un país donde hay alrededor de 3,4 millones de casas vacías, se calcula que hay entre 25.000 y 33.000 personas sin hogar. Este coelctivo tiene una mortalidad entre tres y cuatro veces superior a la de la población general y una esperanza de vida de entre 42 y 52 años, 30 años menos que el resto de las personas. Las muertes prematuras ocurren a lo largo de todo el año, no solo por el frío durante el invierno, y estas muertes se asocian principalmente a cuadros médicos crónicos más que a enfermedades mentales o abuso de sustancias.
Las mujeres jóvenes sin hogar son especialmente vulnerables, pues su mortalidad prematura es más de cuatro veces superior al resto de la población. Por otro lado, el 30% de las personas sin hogar sufre enfermedades graves y un 25 % ha intentado suicidarse.
La delicada situación sanitaria de las personas sin hogar se muestra también cuando intentan acceder a un tratamiento médico (algo que no siempre sucede) y reciben el alta hospitalaria. El proceso de recuperación se ve perjudicado al no contar con los recursos necesarios.
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